Este bello coleóptero florícola es de color verde metalizado, con los apéndices de color testáceo. Es de tamaño tremendamente variable, de modo que es bastante fácil observar en una misma flor, alimentándose, algunos ejemplares el doble de grandes que los más pequeños. Unos 15 milímetros es un tamaño habitual.
Los machos poseen antenas extravagantes llenas de protuberancias y artejos muy desiguales. También tienen palpos muy elaborados, en los cuales producen unas feromonas con las que se impregnan las patas anteriores y luego tamborilean con éstas sobre el dorso de la hembra antes de la cópula.
Una especie similar, pero menos abundante, Cerocoma schreberi, se distingue por los esternitos abdominales testáceos, mientras en C. schaefferi son verde metalizado.
Se distribuye por toda la Península Ibérica salvo las zonas de clima atlántico y las montañas.
Las larvas son parásitas de los nidos de avispas solitarias del género Tachytes, y se alimentan de los saltamontes y mantis que caza la avispa para alimentar a sus larvas. (doc. extraída de la red)
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